La historia de la Vía Láctea está codificada en las "arrugas" de sus estrellas, cuyas posiciones y movimientos han cambiado a lo largo del tiempo a medida que nuestra galaxia ha interactuado, a veces violentamente, con otras galaxias. Un equipo de astrónomos ha revelado que la colisión cósmica más reciente de la Vía Láctea ocurrió miles de millones de años después de lo que se pensaba, lo que sugiere que nuestra galaxia es más joven de lo que se creía.

 

En lugar de que las estrellas llegaran hace unos ocho mil millones de años, los nuevos datos indican que pueden haber llegado debido a una fusión que ocurrió hace solo tres mil millones de años. Este descubrimiento se realizó utilizando datos del telescopio espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA), lanzado en diciembre de 2013. La tercera publicación de datos de Gaia en 2022 incluye información que sugiere una fusión más reciente que las conocidas anteriormente. El análisis del equipo fue publicado el mes pasado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

"Para que las arrugas de las estrellas sean tan claras como aparecen en los datos de Gaia, deben haberse unido a nosotros hace menos de tres mil millones de años, al menos cinco mil millones de años más tarde de lo que se pensaba", explicó Heidi Jo Newberg, coautora del estudio y astrónoma del Instituto Politécnico Rensselaer, en un comunicado de la ESA. "Nuevas arrugas de estrellas se forman cada vez que las estrellas oscilan hacia adelante y hacia atrás a través del centro de la Vía Láctea. Si se hubieran unido a nosotros hace ocho mil millones de años, habría tantas arrugas juntas que ya no las veríamos como características separadas".

El área de interés en los datos de Gaia es el halo estelar interior de la Vía Láctea, una región con una alta concentración de hierro e hidrógeno. Las estrellas en esta región tienen órbitas excéntricas en comparación con las estrellas circundantes, lo que indica una interacción galáctica reciente conocida como la "última gran fusión".

"Nos volvemos más arrugados a medida que envejecemos, pero nuestro trabajo revela que ocurre lo contrario con la Vía Láctea", comentó Thomas Donlon, astrónomo del Instituto Politécnico Rensselaer y de la Universidad de Alabama, y autor principal del estudio, comparando la evolución de la Vía Láctea con el "Botón de Benjamín cósmico", ya que se vuelve menos arrugada con el tiempo.

La colisión de hace tres mil millones de años probablemente ocurrió entre la Vía Láctea y una galaxia enana, agregó Donlon. Este descubrimiento destaca a la Vía Láctea como una amalgama de estrellas de diferentes edades, un crisol galáctico listo para ser examinado por los telescopios y entender cuándo se agregaron los diferentes componentes.